Cuando el Profeta (s.a.s) estaba a punto de informar a los politeístas de los acontecimientos de su Viaje Nocturno y de su Ascensión, le dijo a Yibril (a.s):
“¡Oh Yibril! Mi gente no me va a creer!”
Yibril (a.s) contestó: “Abu Bakr confirmará tus palabras. Él es as-Siddiq.” (Ibn Sa’d, I, 215)
En efecto, cuando los politeístas hubieron oído el relato de la Ascensión, fueron directamente a Abu Bakr (r.a) y dijeron:
“Tu amigo dice que una noche fue a la Mezquita Aqsa y de allí ascendió a los cielos, y que volvió a Mekka antes de que amaneciera. ¿Qué es lo que tienes que decir al respecto?”
Abu Bakr (r.a) contestó firmemente:
“Si eso es lo que dice, entonces es verdad, porque no existe la posibilidad de que pueda mentir. Creo en todo lo que dice desde el principio hasta el final.”
Entonces le volvieron a preguntar: “¿Crees entonces que fue a Bait al-Maqdis, y volvió en una noche?”
“Sí. ¿Qué hay de extraño en ello? Por Allah, si me dice que algo le viene de Allah, ,sea cual sea el momento del día, yo le creo.”
Más tarde, Abu Bakr (r.a) fue a la Ka’aba donde estaba sentado el Profeta (s.a.s) Escuchó estas mismas noticias de sus labios, y dijo:
“Has dicho la verdad, oh Mensajero de Allah.”
El Mensajero de Allah (s.a.s) sonrió con la sonrisa que ha iluminado el mundo entero, contento con esa señal de aprobación, y le dijo:
“¡Oh Abu Bakr! Eres as-Siddiq.” (Ibn Hisham, II, 5)
Desde aquel día, este sobrenombre de Abu Bakr (r.a), el Veraz, se hizo tan famoso que llegó a ser el sinónimo de su nombre. Tal debería ser la lealtad que resulta de la fe. Todo lo que hace falta es encontrar la verdad y mantenerse firme en ella.