MENSAJE DEL DIA

Una persona de servidumbre debe ser como la buena tierra. Los seres vivos se benefician de sus plantas, de comer de sus frutos y dejan los residuos.

El Profeta (s.a.s) dijo: “El corazón es como una pluma que el viento se lleva por el desierto.”

La conciencia y la compasión es la identificación de un musulmán.

Las palabras de Yalaluddin Rumi que siguen a continuación indican la importancia de haya, es decir del sentimiento de timidez cuando se comete una acción errónea en relación a la fe: “Pregunté a mi mente, ¿qué es la fe? Mi mente le contestó a mí corazón: ‘La fe no es otra cosa que la buena conducta (adab), así que los que no la tienen estarán lejos de la misericordia de Allah.”

Profeta (s.a.s) dijo: “El ejemplo de mi umma es como la lluvia, no se sabe cuál es más beneficioso de ella el principio o el final” (Tirmizi, Emsal, 6)

Mientras aumenta la inteligencia de la persona, aumenta su humildad.

“Allah Todopoderoso es misericordioso con aquellos que son misericordiosos. Se misericordioso con los que están en la tierra de manera que los que están en el cielo tengan misericordia de ti.” (Abu Daud, Adab, 58/4941; Tirmidhi, Birr 16/1924; Ahmad bin Hambal, II, 160)

Lleva tal vida en este mundo que no sientas arrepentimiento cuando estés bajo tierra.

La dirección para el amante es la unión eterna; y la dirección para un sabio es la Faz de Allah; y la dirección para los mundanos es el rango y las propiedades; y la dirección para los derviches son los principios de la religión; y la dirección para la pasión es el deseo del mundo; y la dirección para la gente del compromiso es la confianza en Allah.

Es muy importante en el camino de la perfección espiritual amar lo que merece ser amado y odiar lo que merece ser odiado.

Para refinar el nafs y purificar el corazón, es imprescindible someterse a la voluntad Divina y resistir la avaricia, los caprichos y otras formas de comportamiento reprobables.

La razón no puede ser esclava del ego, sino que a través del conocimiento de las realidades Divinas debe adquirir la consciencia de que este mundo es una continua prueba.

Rumi dijo en una ocasión: “Qué no os lleve a engaño ni la felicidad ni la aflicción, porque vuestro nafs no es más que un lugar de reposo, y la felicidad o aflicción están allí de visita.”

El ojo que ha abandonado enteramente el mundo de los sentidos, ve el mundo del No-Visto, y recibe las emanaciones y favores Divinos.

Anas (r.a) transmitió que alguien le preguntó al Profeta (s.a.s) quién se podía considerar de su familia, y éste contestó: “Cualquiera que tenga taqwah es de mi familia.”