“Haz de saber que todo en el Universo es como una jarra llena hasta el tope con el conocimiento y la belleza. Pero este conocimiento y esta belleza son una gota del Tigres, que pertenece a Allah, y Cuya aparición es necesaria dada Su Existencia, y no es posible que no aparezca. Era un tesoro escondido que debido a su grandeza ha surgido y formó la tierra, a la que hizo más luminosa que el cielo.” (v.1:2860-2863)
Allah Todopoderoso no esta sujeto a tiempo ni lugar. Está presente en un estado sin tiempo ni espacio y solamente Él conoce Su Propia Verdad. La Existencia del Señor Todopoderoso es absoluta, mientras que la del resto de la creación es contingente.
Por lo tanto, el Señor Todopoderoso, Quien existe en la eternidad y Quien no necesita ningún creador para existir, deseaba ser conocido intelectualmente tanto por los humanos como por los yin, y ser glorificado con la adoración que resulta de la consciencia que conlleva este conocimiento. Así, creó el universo, conocido como “el universo de la multitud.”
Esta verdad procede de un hadiz qudsi que empieza por “Yo era un tesoro escondido…” (Isma’il Haqqi Bursawi, Kanz’i Majfi) Este hadiz es el código básico de la vida para toda la humanidad, y una ayuda para entender la razón de la creación del Universo en el que vivimos para que podamos tomar el camino del conocimiento.