MENSAJE DEL DIA

Ha dicho el Profeta (s.a.s): “Un creyente no puede calumniar, maldecir o tener una conducta censurable con los demás.” Tirmidi, Kitab al-Birr, 48.

“Y os ha subordinado lo que hay en los cielos y en la tierra, todo gracias a Él. Realmente en eso hay signos para la gente que reflexiona.” (Al-Yaziyah, 45:13)

Un creyente, ha de ser consciente de sus compromisos y promesas.

Profeta Muhammad (s.a.s) dijo: A quien abandone una disputa aunteniendo razón, se le construirá un lugar en medio del Paraíso.” Tirmizi

Si el ilícito entra en el cuerpo, el sabor de y tranquilidad que ofrece la adoración es el primero en ir.

“¡Hombres! Es cierto que la promesa de Allah es verdadera, que no os seduzca la vida del mundo ni os engañe el seductor apartándoos de Allah.” (Al-Fatir, 35:5)

Para aquel que se conforma con la voluntad y la determinación de Dios nada es difícil y todas las dificultades se alivian.

“Lo más importante en el hombre es su visión; es decir, su percepción espiritual. El resto es la piel (inútil). Por otro lado, el verdadero ojo es el que puede ver al Amado. Si el ojo no puede ver al Amado, no lo consideres un ojo.” (v.1:1406) El Mathnawi

El mayor signo de un corazón lleno de amor de Dios es tratar a los siervos de Allahcon el perdón y la compasión.

No hagáis mal a quienes os hacen mal, sino tratadles con perdón y amabilidad. [Buhari]

La fe es la luz del intelecto, el brillo de la consciencia y la armonía de las emociones del corazón.

La verdadera felicidad es someterse a la voluntad de Allah y volverse a Él para satisfacerle mientras estamos vivos.

“La mejor comida y la más lícita que uno puede consumir es la que haya ganado uno mismo.” (Ibn Mayah, Tiyarah, 1)

Una persona elevada de los deseos de su ego carnal, elevada de su amor lo bueno y lo malo se manifestará en su corazon.

El Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, dijo: “Zuhd con respeto al mundo trae el consuelo para el corazón y el cuerpo. El amor por el mundo aumenta la tristeza y el dolor.” Ahmad ibn Hanbal, Kitab al-Zuhd, p. 47; al-Qudai, Musnad al-Shihab, I, 188,