MENSAJE DEL DIA

Abû Huraira (r.a) relató que el Mensajero de Dios (s.a.s) dijo: «En verdad, Dios tiene noventa y nueve nombres, cien menos uno; quien los cuenta (creyendo en su significado) entrará en el Paraíso».

‘Uqba bin ‘ámir (r.a) dijo: ‘El Mensajero de Dios (s.a.s) dijo: «De todas las condiciones que debéis cumplir, las condiciones que os permiten acceder el contrato de matrimonio son las que más derecho tienen de ser cumplidas»’.

Anas (r.a) dijo: ‘El Mensajero de Dios (s.a.s) dijo: «Asiste a tu hermano, ya sea opresor u oprimido». Dijeron: ‘¡Mensajero de Dios! Está bien que lo ayudemos si es oprimido ¿Pero cómo lo ayudamos si es opresor?’ Dijo: «Evitando que oprima a los demás»’.

‘Abdullah bin ‘Umar (r.a) relató que el Mensajero de Dios (s.a.s) dijo: «El musulmán es hermano del musulmán; no lo oprime ni lo entrega a un opresor. Quien satisface las necesidades de su hermano verá sus necesidades satisfechas por Dios. Quien libera a un musulmán de un aprieto será liberado por Dios de uno de los aprietos del Día de la Resurrección; y quien encubre a un musulmán será encubierto por Dios en el Día de la Resurrección».

Abû Mas‘ûd (r.a) relató que el Profeta (s.a.s) dijo: «Quien gasta en su familia sinceramente con la intención de obtener la recompensa de Dios, entonces, Él se lo contará como una limosna (en la recompensa)».

‘Umar bin Al-Jattâb (r.a) relató que el Mensajero de Dios (s.a.s) dijo «Ciertamente, las obras dependen de las intenciones; y cada hombre tendrá (su recompensa) según su intención: Así, aquel cuya emigración fue por Dios y su Mensajero; y aquel cuya emigración fue por conseguir un beneficio mundanal o tomar una mujer en matrimonio, su emigración será para aquello por lo que emigró».

Abû Sa‘îd al Judrî (r.a) relató que oyó al Mensajero de Dios (s.a.s) decir: «Si una persona abraza el Islam con sinceridad, Dios le perdonará cada pecado cometido en el pasado. Después, se inicia el conteo de su recompensa: Cada buena obra se contará por diez y hasta por setecientas; y cada mala obra se contara por una, excepto que Dios la perdone».

Abû Huraira (r.a) relató que el Profeta (s.a.s) dijo: «Las señales de un hipócrita son tres: • Cuando habla dice una mentira, • Cuando promete algo, falta a sus promesas, • Si se le confía algo, traiciona la confianza».

Abû Sa‘îd Al-Judrî (r.a) relató que el Mensajero de Dios (s.a.s) dijo: «Vendrá un tiempo en que la mejor propiedad del musulmán serán las ovejas que llevará con él por las cimas de las montañas y los valles para salvar su religión huyendo de las atribulaciones».

Anas (r.a) relató que el Profeta (s.a.s) dijo: «Ninguno de vosotros tendrá fe hasta que desee para su hermano lo que desea para sí mismo».

Abû Mûsâ (r.a) relató que algunas personas preguntaron al Mensajero de Dios (s.a.s): ‘¿Cuál es el mejor Islam?’ El respondió: «El de quien evita dañar a los musulmanes con su lengua y manos».

¡Oh Allah! Sálvanos del destino de los que caen a plomo en este mundo y destruyen sus vidas en un vaso de agua, olvidándose de los océanos Divinos. En verdad que Eres el Más Misericordioso.

La primera obligación del hombre es pasar todas las pruebas a los que se enfrenta en esta cósmica sala de exámenes que es el mundo para llegar a ser, de esta manera, un digno siervo de Allah Todopoderoso.

Dijo Rumi: “No alimentes excesivamente a tu cuerpo. Su final será bajo la tierra. Alimenta a tu nafs porque es él quien será honrado con la estancia en lugares nobles.”

Es precisamente gracias al fervor de la fe como los Profetas, los santos y los rectos han llegado a ser, a lo largo de la historia, ejemplos y manifestaciones de virtud.