MENSAJE DEL DIA

La fe no puede ser vivida a través de la seca teoría, sino más bien a través de las verdades sentidas y percibidas, bordadas sobre el corazón y reflejadas en el comportamiento.

“…Es cierto que Allah ama a los que se vuelven a Él y a los que se purifican…” (Al-Baqara, 2:222)

Estar satisfecho con la condición de uno es la manifestación del amor por Allah y de la confianza en Él.

El corazón y el dhikr son como el árbol y el agua. En cambio, el corazón y la contemplación son como el árbol y sus frutos. Sería un error esperar que el árbol florezca antes de regarlo, así como esperar que los frutos salgan antes de que le crezcan las hojas y se ponga en flor. Nunca dará frutos, no importa lo mucho que lo deseemos.

No importa cuántas palabras relacionadas con el sufismo caída de los labios de una persona que no regule su vida de acuerdo con los criterios del Corán y la Sunna, esa persona no puede ser un verdadero sufí.

La felicidad del corazón consisten en la aceptación de lo que Allah pone en nuestro camino.

Una fe no arraigada en el corazón no se transformará en actos ni dirigirá el comportamiento del creyente, dejando todas sus acciones sin valor ante el Todopoderoso.

“Allah Todopoderoso es misericordioso con aquellos que son misericordiosos. Se misericordioso con los que están en la tierra de manera que los que están en el cielo tengan misericordia de ti.” (Abu Daud, Adab, 58/4941; Tirmidhi, Birr 16/1924; Ahmad bin Hambal, II, 160)

Mulla Jami’ dice: “¿Cómo puedo no querer a mi madre cuando me llevó por primera vez en su cuerpo, a continuación, en sus brazos, y después de toda una vida en su corazón.”

El conocimiento que no alcanza al corazón no puede convertirse en sabiduría.

La verdadera contemplación empieza en el momento en el que la razón, inspirada por la Revelación, se encuentra con un corazón maduro espiritualmente.

El Mensajero de Allah dice: “Cada uno de vosotros es un pastor, y cada uno de vosotros es responsable de su propio rebaño….”

Las madres son la mayor fuente de la misericordia.

Mawlana Jalal al-Din al-Rumi dijo: “No busques mi tumba en la tierra, porque yo estoy enterrado en el corazón de aquellos que poseen conocimiento de Allah.”

No hay que olvidar que una muerte feliz es la recompensa de una vida de servicio gastado dentro de la iluminación espiritual del Corán y la Sunna.