Abû Huraira (r.a) relató que el Mensajero de Dios (s.a.s) dijo: «No habrá envidia (ganas de desear ser como otro) excepto en dos (casos): Un hombre al que Dios le enseñó el Corán y lo recita noche y día; su vecino le escucha y dice: ‘¡Ojalá hubiese recibido lo mismo que recibió fulano; haría lo mismo que hace!’ y un hombre al que Dios dio bienes y los gasta en lo justo; entonces dice otro hombre: ‘¡Ojalá hubiese recibido lo mismo que recibió fulano; haría lo mismo que hace!’»