Un musulmán es el hermano de un musulmán; no es injusto con él ni lo entrega a su enemigo. Aquel que interviene para remediar las necesidades de su hermano verá cómo Al-lâh interviene para remediar las suyas. Aquel que resuelve un problema a un musulmán verá cómo uno de sus problemas es resuelto por Al-lâh en el Día del Juicio Final. Aquel que disculpa la falta de un musulmán verá sus faltas disculpadas por Al-lâh en el Día del Juicio Final. (Bujari, Mazalim, 3; Muslim, Birr, 58)