Abû Huraira (r.a) relató que el Mensajero de Dios (s.a.s) dijo: «El ayuno es una protección (del Fuego). El ayunante debe, pues, abandonar toda relación sexual y todo mal comportamiento. Y si alguien lo agrede o la insulta, debe decir: ‘Yo estoy ayunando’ –dos veces–. ¡Y por Aquél en cuyas manos está mi vida! El olor que proviene de la boca del ayunante es mejor para Dios que el perfume del almizcle. (Dios dice del ayunante): Deja su comida, su bebida y sus deseos por Mí. El ayuno es para Mí y yo recompensaré por él. La buena obra tiene su recompensa multiplica- da por diez».