DE LOS LIBROS

LO ESENCIAL DE LA AMISTAD EN EL MATHNAWI

El Mathnawi: “Lo más importante en el hombre es su visión; es decir, su percepción espiritual. El resto es la piel (inútil). Por otro lado, el verdadero ojo es el que puede ver al Amado. Si el ojo no puede ver al Amado, no lo consideres un ojo.” (v.1:1406)

El ojo es la ventana que se abre al mundo del pensamiento y del sentimiento. En realidad, todo lo que uno ve, sea bueno o malo, genera reflexiones y asociaciones en el corazón y en la mente. El primer paso en el camino de la contemplación y de la profunda reflexión consiste en mirar a nuestro alrededor con el ojo de la atención. Allah Todopoderoso invita a Sus siervos a que adquieran una percepción que sea para ellos el medio de entender los significados. En muchas ayaat dice: “¿Es que no han contemplado… al camello… a las nubes… a la lluvia… a las montañas… a la vegetación que muere en invierno y vuelve a la vida en primavera… a las obras de los pueblos que vivieron antes que ellos?”

El Qur’an, después de la mención de las bendiciones de Allah Todopoderoso, se dirige a los seres humanos como a los que “tienen la comprensión y la visión”, a los que deberían contemplar el Universo con el ojo de la percepción para entender su sabiduría. El Qur’an pregunta a menudo: “¿Es que no han contemplado? ¿Es que no han pensado? ¿Es que no comprenden?” Aquéllos que lo hacen conciben a su Creador y Su arte que, comparados con el potencial humano, lo hacen a este último totalmente insignificante.

El Universo es la fuente de la alegría Divina, y esa obra de arte que se llama el ser humano es su manifestación. Los ojos que ven y los corazones que sienten perciben y ven solamente esa alegría Divina.

Cuando levantamos las cabezas y miramos al cielo al romper el día, vemos el increíble colorido del horizonte. ¿Cómo es posible que admiremos, atónitos, el cuadro de un pintor, y quedemos apáticos e impasibles ante los exquisitos dibujos que nos presenta el Arte Divino en todo momento y lugar? Observa un tulipán o una violeta. ¿De dónde provienen sus colores si crecen en la tierra que es negra? ¿Y las moras? Contempla las delicadas flores azules y rosas que miran al sol, y muchísimas otras cosas que no es posible siguiera enumerar. Mires donde mires, ves un maravilloso despliegue de belleza que es gozo para el corazón –la gracia de una flor, el baile de una abeja o de una mariposa, el lamento del ruiseñor… y luego contémplate a ti mismo. Todo eso proviene de una chispa de la reflexión que emana de la belleza del Señor Todopoderoso.

El sol que ilumina el amanecer nos trae las buenas nuevas de un día más, como si dijera: “¡Despierta!” Y luego nos hace entrar en la atmósfera de la reflexión: “Una vez más se ha abierto ante mí una página del libro de la vida.” ¿Qué sentirás cuando lo veas ante ti en el Día del Juicio? Qué has preparado para el terrible Día en el que oirás la orden: “¡Lee tu libro! Hoy tu nafs basta como testigo contra ti.”

Y cuando oscurece, y el cielo se vuelve rojo, y luego negro, la noche les habla a los hombres y les dice: “Se acaba de ir otro día. Has hecho un paso más hacia la muerte. No hay lugar para lamentaciones inútiles. No podrías hacer que vuelva aunque luches con todas tus fuerzas. Pronto te rendirás a los brazos del sueño, hermano de la muerte. ¿Qué has hecho? ¿Qué tenías que haber hecho? Pon todo lo que has hecho y lo que no has hecho delante de ti y piensa. A lo mejor no volverás a ver las luces de la mañana nunca más.”

Los nafs que se vuelven hacia el Universo en contemplación y reverencia finalmente encuentran a Allah Todopoderoso –el verdadero y fiel Compañero, el Que nos ayuda a contemplar y a ser sabios, y a establecer una verdadera amistad con los veraces que se han convertido en Sus compañeros. Llamarles “compañeros” es una metáfora. Aunque el verdadero compañerismo significa orientarse hacia Allah con la verdadera devoción, desde el punto de vista de la debilidad humana se hace necesario hacerse amigos de los que están cerca de Él para experimentar el amor absoluto y la amistad como el primer paso de acercamiento. Es así porque el crecimiento espiritual se alcanza solamente por etapas –no puede darse súbitamente. Por eso en este viaje hacen falta amigos –una condición indispensable para lograr ser compañero de Allah.

En los siguientes versos Rumi explica más detalladamente este aspecto:

“Si te desesperas a causa de la soledad y la falta de alguien a quien consultar, busca la sombra de un amigo que pertenece al sol de la verdad.”

“Ve, busca rápidamente a uno de los creyentes veraces. Si lo haces, Allah será tu Compañero y Ayudante.”

“Aislamiento y soledad pueden darse con los extraños, pero no con el amigo. Las pieles son para el invierno, no para la primavera.”

“Cuando una mente sana se une con otra mente sana reforzada con la Revelación, su luz aumenta y ve claramente el camino.”

“Al nafs le gusta estar con otro nafs simplemente por su deseo egoísta de realización, y si la oscuridad en ese camino aumenta, la verdad queda invisible.”

El Mathnawi: “¡Oh corazón! Ve adonde están los que brillan, y donde están los maduros, para que puedan ser tu corazón contra las aflicciones.” (v.2:2576-2577)

El Mathnawi: “El intelecto penetrante separado de sus amigos es como un arquero cuyo arco se ha roto.” (v.3:3693)

El Islam llama al intelecto naqis –deficiente, ya que por sí mismo no basta para alcanzar lo bueno o para descubrir a Allah. Esta evidencia tiene su prueba en el hecho de que Allah Todopoderoso ha enviado a la humanidad a los Profetas –criaturas a las que ha dotado de intelecto, un prerrequisito para poder juzgar al hombre. El individuo que no puede ser responsable de su capacidad intelectual porque no la controla, y que ha cometido un crimen, obtiene el perdón según todos los sistemas jurídicos, es decir se le perdona aquel crimen. A los que se castiga es a aquellos malhechores cuyo intelecto y consciencia están intactos. Incluso este hecho indica que el intelecto no tiene la perfección necesaria para proteger al ser humano del mal. Debido a esta deficiencia un intelecto requiere el refuerzo de otro. La regla de que “dos cabezas son mejor que una” muestra la necesidad de consultación con aquéllos que son competentes y cualificados. El Qur’an nos exhorta a la consultación en muchas ayaat para que pueda tener lugar el perfeccionamiento individual y social:  “… y consúltales en las decisiones…” (Al-Imran, 3:159) “… y los que se piden consejo en los asuntos…” (Al-Shura, 42:38)

El Mathnawi: “¡Oh hijo! Si ves a alguien que busca a Allah, hazte su amigo y camina junto a él.

… siendo vecino de los que buscan a Allah, tú mismo te convertirás en buscador, y a través de ellos llegarás a ser conquistador.” (v.3:1446-1447)

Hay un dicho turco que dice: “La uva madura cuando está entra otras uvas.” Los creyentes dicen: “El estado emocional, espiritual e intelectual, es contagioso”, lo cual significa que la condición o estado pasa de una persona a otra. Tu estado se conformará al estado de la persona a la que amas y con la que pasas tu tiempo. Por esa razón Allah Todopoderoso dice en el Qur’an: “… permaneced con los veraces.” (Al-Tawbah, 9:119)

Cada uno participa del destino de los que ama y con los que comparte inclinaciones y sentimientos, y por lo tanto la compañía de los veraces tiene un efecto positivo.

El Mathnawi: “Puedes estar seguro de que al final todos los compañeros de este mundo, los deshonestos y los falsos amantes, se convertirán en tus adversarios dispuestos a matarte.” (v.5:1524)

El ser humano tiene afecto y cariño por muchas cosas de este mundo. Pero cuando llegue la hora del viaje eterno, tendrá que abandonarlo todo, y todos aquéllos que ha amado y en los que se ha apoyado no tendrán entonces ninguna utilidad para él. Lo que el hombre más ama en este mundo son sus hijos y sus propiedades. El Señor Todopoderoso explica en el Qur’an que ni siquiera éstos le serán de beneficio en el Más Allá: “El día en que ni la riqueza ni los hijos servirán de nada. Sólo quien venga a Allah con un corazón sano.” (Al-Shu’ara, 26:88-89)

El Mathnawi: “Tened pasión por lo que es transitorio –pero solamente con la esperanza de alcanzar al Viviente. Así, el amor por lo transitorio se convierte en un puente hacia un profundo afecto y le lleva a uno hacia el amor Divino.” (v.3:545)

“¡Oh tú, viajero hacia Allah! Esfuérzate y pon la esperanza en el Viviente, para que el nafs que tendrás que dar (al morir) no sea exánime ni quede enterrado bajo la tierra.

“No sigas tus deseos ni elijas a un trozo de paja -es decir, la belleza perecedera- por tu amigo. Su afecto y amistad son préstamos. Busca a un amigo permanente.”

“Si aquéllos a los que les diste tu corazón eran fieles y constantes, entonces, ¿qué ha pasado con tu amistad hacia tus padres –tus amigos más fieles?”

“Cuando el oro que amas vuelve a su verdadera naturaleza y se convierte en fealdad, cuando lo único que queda es el cobre, tu naturaleza está saciada y se separa de ello.” (v.3:555)

“La belleza de lo mortal es meramente un reflejo de la belleza Divina. Un día la luz reflejada volverá a su origen. ¡Oh discípulo! No mires la belleza pasajera y mortal, sino más bien busca a Aquel que te la ha dado.”

“La luz del sol que da a un muro vuelve al sol. No mires la luz en el muro. Ve hacia la fuente de la que proviene, ve hacia el sol –es lo que te mereces.”

“De hoy en adelante toma tu agua del cielo, ya que no has encontrado fidelidad en el acueducto.” (v.3:558-560)

La tendencia humana hacia el afecto es un tesoro invaluable, pero se convierte en un gran despilfarro cuando se pierde en objetivos sin valor. Todos los amigos de este mundo, otros que Allah, a los que concedemos nuestro amor, son mortales, por lo tanto el Señor Todopoderoso debe ser nuestro principal objeto de amor y amistad. Por un lado, Él es el Señor Todopoderoso –fuera de la comprensión y distante de la percepción, muta’al. Por otro, es Amigo, El que ayuda a Su siervo. Está más cerca de él que su vena yugular. Si el siervo desea fervientemente acercarse a su Señor, entonces Allah Todopoderoso, tal como nos lo ha anunciado, se convierte en “sus ojos con los que ve, en sus oídos con los que oye, en sus manos con las que sostiene…” (Zubdat’l Bujari, 1107) Este estado se describe de la siguiente manera: “¡Allah nos basta, y qué excelente Guardián!” (Al-Imran, 3:173)

Un amor profano –es decir acercamiento y lazo con otro que Allah– es solamente permisible si es una fase pasajera. En tal caso, este amor queda como un paso en el camino hacia el amor Divino. Pero cuando un ser mortal realmente cautiva el corazón, será idolatrado y entorpecerá la unión Divina. Es una verdadera bendición si alguien puede ser como Maynun, y decir: “He encontrado a Mawla (mi Señor) por medio de Layla”, y convertir el amor profano en el medio de alcanzar el amor Divino. El amor por la Belleza Absoluta es el amor verdadero; buscarlo es el objetivo más grande y más noble de esta vida.

El Mathnawi: “Juro por el Supremo Ser de Allah, de Quien todos y todo necesita, pero Quien no necesita de nadie ni de nada, que una serpiente venenosa es mejor que un amigo venenoso. La serpiente puede quitar la vida, pero un amigo así te lleva al Fuego eterno.

El corazón toma secretamente la disposición del compañero… sin mediar palabra su moral se convierte en la tuya.

Cuando entras en la sombra de un amigo sin principios, pierdes tu capital.” (v.5:2634-2637)

Tal como lo hemos apuntado anteriormente –“los estados son contagiosos”; es decir, la compañía de alguien bueno producirá un efecto positivo, y al revés. El Profeta Muhammad (s.a.s) lo ilustró de la siguiente manera:

“La buena o mala amistad es como el trato con el perfumero y el herrero. Puede que le compres el perfume al perfumero, o puede que solamente lo pruebes. Al menos, mientras estás con él, olerás fragancias agradables. El herrero dañará tu ropa, o bien te sentirás incómodo en el desagradable olor de su taller.” (Bujari, Dhaba’ih, 31)

Imam Rabbani dio el siguiente ejemplo de los peligros de las malas compañías:

“Alguien que está con los jugadores puede que no juegue, entonces no está en falta. No obstante, mientras está con ellos puede empezar a aprobar el juego, y esto es un desastre espiritual.”

Sea consciente o no, el abandono de la protección contra cualquier acto erróneo introduce el peligro de caer en el error. La compañía de la gente tosca e ignorante implica un acercamiento psicológico con ellos. Con el tiempo este acercamiento llevará a la intimidad, y poco a poco uno será arrastrado a la destrucción.

El Mathnawi: “La infamia de la amistad con los hipócritas le hace al creyente malvado y rebelde como ellos.” (v.2:2892)

El peor caso de la maldad es la hipocresía. Según Islam la condición del hipócrita es peor que la de “un salvaje peligroso”, ya que el daño que hace al insinuar sus ideas es tremendo. Por eso, los que están en mayor peligro son aquéllos que mantienen lazos de amistad con los hipócritas. En cuanto al creyente, le llevarán a la ruina. Mawlana indicó esta realidad en la estrofa anterior.

El Mathnawi: “Ya que nuestra vista es muy defectuosa, deja que se convierta en la del Amigo.

Su vista por la tuya. ¡Qué buena recompensa! En Su vista encontrarás el objeto de tu deseo.” (v.1:921-922)

Aunque sea amarga, los amigos siempre dicen la verdad. Un amigo lo hará, prefiriendo hacer daño momentáneo que ver como el otro se condena al daño duradero. Lo explica Mawlana Rumi con la historia de un hombre que no pudo ayudar:

“Un hombre buscaba un consejo sobre un asunto que no veía claro. La persona que consultó le dijo: Aprecio el hecho de que hayas venido a preguntarme a mí, pero no soy tu amigo, así que no puedes consultarme. Ve y busca a otra persona, busca a un amigo. Seguramente a un amigo tuyo le importará tu bienestar. Alguien como yo no es útil para ti. Yo camino torpemente, te diré cosas erróneas. Un hombre que tiene amistad con la buena gente y pasa tiempo con ellos piensa que está en un jardín de rosas, incluso si está en un horno. Pero la persona que está en un jardín con el enemigo al que toma por amigo está en un horno. Recobra tus sentidos y no le quites importancia al amigo verdadero, cediendo ante tu nafs. No le hieras.”

El Mathnawi: “El corazón se nutre con cada amistad. El corazón recibe la alegría espiritual, el placer y la purificación de cada fuente de sabiduría.” (v.2:1089)

“Recibes algo del alimento espiritual de cada persona que conoces. También lo recibirás de cada buen amigo.” (v.2:1091)

Como ya hemos dicho anteriormente, debemos escoger a nuestros amigos con sumo cuidado. Estas estrofas de Mawlana comentan los beneficios de la amistad con buenas personas, ya que, como hemos visto, los estados son contagiosos. El amor es el camino por el que transitan estados espirituales. Cada uno adquiere el estado de la persona con la que pasa el tiempo en proporción al afecto que tiene por esa persona. Este afecto aumenta la relación según la fuerza que tenga. Por otro lado, el odio impide tal interacción espiritual entre la gente, de ahí que deba ir dirigido a los malvados.

El Mathnawi: “Aunque seas una roca o un mármol, te convertirás en una joya cuando encuentres a un hombre que tiene un corazón.

Planta el amor por los veraces en tu corazón. No se lo des a nadie más; solamente a los corazones que conocen a Allah.

No vayas al territorio de la desesperación; existen puertas de la esperanza. No vayas hacia la oscuridad; están brillando los soles.

El corazón te guía hacia los hombres con corazón; el cuerpo hacia la prisión de agua y barro.

¡Ten cuidado! Dale a tu corazón el alimento de las conversaciones con aquél que es amigo del corazón.” (v.1:722-726)

El nafs suele conducir al hombre hacia la desgracia. Así pues, igual que es necesario domar a un caballo salvaje, se hace también necesario domar a nuestro nafs, y hacerlo recto y veraz por medio del conocimiento, de la adoración y de la compañía de los que siguen el camino de Allah. El conocimiento es esencial, pero no es suficiente si no se convierte en sabiduría y alcanza la madurez completa en los estados y comportamientos, para, de esta manera, armonizar la función del corazón y de la mente. El conocimiento seco puede arrastrar al individuo hacia la vanidad, el egoísmo y la destrucción.

El nafs experimenta varios estados. El que nunca ha sido entrenado se llama ammarah. Siempre deseará lo bajo, pero con entrenamiento puede llegar al grado de lawwamah, mulhimah y mutmai’nnah.[1] Cuando esto ocurre, se vuelve como un caballo domado, y puede dirigirse hacia Allah Todopoderoso. En esta etapa se puede apreciar el verdadero estado de sumisión a Allah. Uno puede madurar y alcanzar grados más altos de radiyyah, mardiyyah y kamilah solamente por la gracia de Allah. Una de las condiciones principales para alcanzar estos estados es la compañía y sincero afecto por los que están cerca de Allah. Eso es lo que no desea un nafs no entrenado, que quiere la compañía de la gente mundana. No obstante, también en este caso al lado de la dificultad está la facilidad. Es suficiente si uno emprende el camino. Alcanzar un estado más elevado que el de los ángeles solamente puede lograrse con el entrenamiento del nafs. Cuando fue creado Adam, la orden de Allah de postrarse ante él dada a los ángeles fue el resultado de esta habilidad de controlar el nafs. Los ángeles se vuelven hacia su Señor sin ningún obstáculo en su camino, pero el ser humano solamente lo puede realizar si se eleva por encima de los obstáculos del nafs, y esa victoria, el hecho de alcanzar espiritualmente a su Señor, merece un reconocimiento y una recompensa más grande que la de los ángeles.

El Mathnawi: “¿Cómo puede uno apartarse del dolor que le causa su amigo? El dolor es el grano, la amistad es meramente la cáscara. ¿No es acaso la alegría en las tribulaciones, las calamidades y los sufrimientos señal de una verdadera amistad? Un amigo es como el oro, la tribulación es como el fuego: el oro se purifica en la profundidad del fuego.” (v.2:1459-1461)

Hay un viejo dicho que dice: “La nobleza de una persona se conoce en las tribulaciones, y la nobleza de un metal en el fuego.” En verdad, tal como esta bendición es para nosotros, el remordimiento es también para nosotros. No obstante, los que se oponen a estas manifestaciones, están en peligro de errar. Frente a las aflicciones, la paciencia en la búsqueda de las razones verdaderas trae el consentimiento Divino, mientras que la rebelión contra estas aflicciones puede traer la destrucción. De algún modo, es la misma bendición. La consciencia de que vienen de Allah Todopoderoso y el agradecimiento conllevan prosperidad y abundancia. Pensar que la bendición viene por poder de cada uno, caer presa de la vanidad y arrogancia nos llevará a la perdición. Los veraces, esas almas grandes, se benefician tanto de la bendición como de la aflicción y no encuentran ningún daño en ellas porque han entrenado rigurosamente su entendimiento y su percepción acorde a la Revelación. Dicen: “Tus aflicciones son tan dulces como tus bendiciones.” Con la gracia de nuestro Señor, debemos luchar para que nos gusten. El verdadero beneficio de las aflicciones y bendiciones no resulta de las causas evidentes, sino que más bien proviene de la satisfacción con la Causa Real, detrás de todas esas causas, que es Allah Todopoderoso, satisfacción con todo lo que nos da y comprensión de la verdadera razón, musabbibu’l ashab –el Causante de las causas. Los que lo logran, alcanzan el estado de riza, aceptación, y es de lo que habla Mawlana en las siguientes estrofas.

El Mathnawi: “El viento de nuestros males es fuerte y la vela de nuestra vida está casi apagada. Date prisa –encendamos con ella otra vela para que podamos seguir el viaje en caso de que el viento apague una de ellas.” (v.4:3108-3109)

Mawlana transmite esta verdad en sus estrofas y nos exhorta a que resistamos ante la desesperación. Sobre todo debemos tener la consciencia de aquellos estados y actos que nos hacen caer en la maldad. El Señor Todopoderoso ha prometido a todos Sus siervos la posibilidad de obtener Su misericordia antes de expirar el último aliento, suponiendo que haya habido verdadero arrepentimiento.

El Mathnawi: “¡Ay, la tristeza y el dolor causados por un amigo vil! ¡Oh hombres! Buscaos amigos buenos y adecuados.” (v.6:2950)

“Toma mi consejo, no te conviertas en un adorador de formas. No pretendas (descubrir) el secreto de la simpatía en lo externo.” (v.6:2953)

La amistad es una relación mutua, tanto en sus atributos negativos como en los positivos, pero la amistad verdadera solamente se puede dar en los sinceros, que son los seres humanos más elevados. La amistad vive cuando ambas partes tienen los mismos sentimientos y comparten el mismo punto de vista. Es una corriente entre dos corazones. Con esta corriente, con el fluido del amor, cada estado del amado irradia hacia el que ama. Empiezan a emerger océanos de amor y arder los soles de la devoción. Por eso, la intimidad que sienten los que no comparten emociones y mantienen solamente afinidades externas o casuales, por ejemplo entre parientes o amigos ocasionales, no tiene nada que ver con la amistad verdadera. Abu Lahab, tío del Profeta Muhammad (s.a.s), era uno de los desafortunados que más lejos de él se encontraba.

[1]       (NT) En la terminología sufi el nafs ammarah es el que tiene tendencia al mal; si no está controlado, lleva a la perdición. El nafs lawwamah tiene consciencia del mal y lo resiste, pide a Allah Su gracia y Su perdón, e intenta enmendarse; espera alcanzar la salvación. El nafs mutma’innah, el grado más alto –es el que alcanza la paz y la satisfacción completas.